El amor a uno mismo es el punto de
partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse
responsable de su propia existencia. (Viktor Frankl)
¿Qué es la
autoestima?
“El
modo en que nos sentimos respecto a nosotros mismos afecta de forma decisiva
todos los aspectos de nuestra experiencia. Las respuestas que emitimos ante los
acontecimientos dependen de quién y qué pensamos que somos. Los dramas de
nuestra vida son los reflejos de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos.
Por lo tanto, la autoestima es la clave
del éxito o del fracaso.
De todos los juicios a los que nos
sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro propio. La autoestima
positiva es el requisito fundamental para una vida plena” (Nathaniel Branden)
La autoestima es la valoración que tenemos sobre
nosotros mismos. La capacidad de querernos, amarnos, respetarnos y valorarnos,
que comprende un conjunto de conductas y actitudes, los cuales constituyen la
base de nuestra identidad personal. Es una percepción evaluativa de nosotros
mismos, uno de los principales pilares en los que nos apoyamos.
Además la autoestima abarca dos componentes
importantes: el sentimiento
de capacidad personal y el sentimiento de valía personal, siendo por
lo tanto, la suma de la confianza y el respeto por nosotros mismos,
condicionando así nuestra calidad de vida.
Una buena autoestima nos permite aceptar
nuestras limitaciones y dificultades, pues significa, querernos tal
como somos, tanto con nuestros aciertos como con nuestras
equivocaciones y errores. Sería sentirnos bien porque nos queremos y aceptamos,
nos apreciamos y respetamos, independientemente de los resultados o de aquello
que no podamos hacer o no nos guste.
Autoestima y
opinión de los demás
¿Hasta dónde debemos tener en cuenta la palabra de
los otros? ¿Cuánto de aquello que los demás dicen de nosotros es cierto?
La mayor parte de los problemas que surgen cuando
nos relacionamos se basa en las creencias y suposiciones de que los demás nos tienen que
conocer, entender y aceptar. Pero si no aprendemos a darle su justo
valor a la palabra de los otros, nuestra autoestima puede destruirse
fácilmente.
Cada uno de nosotros establece vínculos con los
demás, relacionándonos con estos de diferente manera. No es lo mismo el vínculo
que hemos establecido con nuestra madre, que por ejemplo con uno de nuestros
mejores amigos o compañeros de trabajo, es decir, en las relaciones que
mantenemos somos diferentes dependiendo del vínculo que hayamos establecido con
las otras personas y del rol que adoptemos. Así tenemos particularidades y
límites distintos dependiendo de las personas con las que nos relacionamos. Por
lo tanto, las relaciones que mantenemos con las personas son tan solo una
parte de nosotros, una pequeña porción, no nuestra totalidad, ya que
ellos solo pueden conocer algunas de las manifestaciones de aquello que somos
pero no todas nuestras reacciones y motivaciones internas, ni la totalidad de
nuestra historia ni de lo que somos. Las personas somos mucho más que las relaciones que
albergamos.
Las opiniones que los demás tengan sobre nosotros,
tan solo están formadas por aquello que han ido observando así como del tinte que cada
uno le haya dado a estas observaciones según sus características
personales, al igual que las opiniones que tenemos nosotros de los demás. Por
lo tanto, es posible que lo que los demás aprecien de nosotros y lo que
nosotros apreciamos de los otros, no se ajuste realmente a la verdad de lo que
somos. Pero solemos errar al pensar que lo que decimos de los demás es
totalmente cierto, al igual que lo que opinan los demás de nosotros también lo
es. Es decir, la
opinión que tengan los demás de nosotros tan solo constituye una porción de lo
que somos, pero no nuestra totalidad.
Y aunque dependiendo del vínculo establecido, la
frecuencia, el modo del trato, etc... los demás puedan conocer más o menos
aspectos de nosotros, no podemos olvidar que somos los únicos que podemos conocernos a
nosotros mismos si es así como lo deseamos, pues somos nosotros los
que tendremos el panorama completo de quiénes somos. Por lo tanto, no esperemos tanto de los demás, ya
que nuestra
valoración tiene que estar sostenida por lo que pensamos acerca de nosotros
mismos y no por la visión parcial de los demás.
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