Autor: Gloria Gaynor
La autoestima es la opinión que tienes de ti mismo. La autoestima alta te hará caminar por la vida con solvencia, mientras que la baja te dará problemas en tropel y sin fin, hasta que decidas hacer algo algo al respecto. Así de simple.
El impacto que tiene en nuestra vida la visión que tenemos de nosotros mismos es brutal, pudiendo derivar en algo todavía más grave como pueden ser la depresión o la ansiedad.
Los expertos determinan que la mayoría de los problemas de autoestima comienza con una primera experiencia (quizá en la adolescencia), en la que el sujeto falla o fracasa en una tarea que él o su entorno próximo considera de gran valor o, más trágicamente, cuando al individuo se le acusa de no estar a la altura de determinado reto o circunstancia.
Conocí a una persona muy especial que atravesaba serios problemas de autoestima, hasta que un día decidió negarse a ser rehén de la opinión negativa que tenía sobre sí mismo y que, dicho sea de paso, no se correspondía en absoluto con la realidad.
"Me niego a tener baja autoestima, me dijo un día. Luché con la autoestima durante años, hasta que me di permiso para que dejara de importarme lo que otros piensan."
Aquel fue un primer gran paso porque: ¿qué clase de persona eres si no te importa lo que opinen los demás? Bueno, en realidad, me preocupo por los demás. Me preocupo por los sentimientos del otro, pero simplemente no me dejo contaminar por sus opiniones negativas.
Junto con el darme permiso para dejar de preocuparme de lo que otros piensan, me di permiso, igualmente, para tener defectos. En realidad, puedes entrenar tu cerebro para dejar de pensar en todos tus defectos y errores, pero no es nada útil.
Y si se busca un modo de empezar a hacer crecer la autoestima, podría recomendar, en primer término, el decirse cosas buenas acerca de uno mismo. Basta con escribir diez o quince características positivas que poseas, guardar la lista y sacarla a relucir en el momento en el que te asalte algún pensamiento negativo sobre ti o tu capacidad.
Cuando comencé a escribir la lista con todas mis cualidades, me sentí mal, porque parecía que me estaba enorgulleciendo gratuitamente y alimentando mi vanidad de manera fatua y engreída. Pero no es así. Se necesita práctica para entender que es fundamental apreciarse y quererse, para que los demás te aprecien y te quieran.
Sentirse mal es muy fácil, pero sentirse bien requiere un montón de esfuerzo."
Y así fue como mi amigo desterró la baja autoestima de su vida y comenzó una nueva etapa mucho menos sufrida y doliente y bastante más feliz.
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