Esta es la historia de dos semillas
que habían sido arrojadas en el surco del arado.
La primera dijo:
”Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis
retoños rompan la corteza de la tierra que tengo arriba… Quiero desplegar mis
tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la primavera…
Quiero
sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis
pétalos!, quiero vivir y dar vida!”
Y entonces creció.
La segunda semilla dijo:
“Tengo
mucho miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en
la oscuridad. Si me abro camino a través del suelo duro por sobre de mi puedo
dañar mis delicados retoños, el viento me castigará, me dolerá el fuego del sol
y cualquiera podrá pisarme o arrancarme. Es mejor que me quede quieta
acurrucada en la tibieza del surco, hasta que vea con más claridad lo que debo
hacer o tenga mejores garantías de que la aventura saldrá bien.”
Y entonces esperó. Un ave que andaba
dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró a la semilla miedosa que
esperaba y enseguida se la comió.
La vida viene a cuento. Relatos de Ecologia Emocional.
Jaume Soler i Mª Mercè Conangla.
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