Autor: A.Rossato.
Esta
es una frase especialmente indicada para los dubitativos. Los que siempre
aguardan para emprender aquello que tienen en mente hasta que se produzcan las
condiciones perfectas. Los que no se mueven hacia ninguna parte, si el viento
no sopla a favor o si no tienen todas las herramientas al alcance (sin que
falte hasta la más pequeña pieza) y, además, -porque la palabra riesgo no forma
parte de su vocabulario- si no cuentan por anticipado con todas las respuestas.
Unas condiciones
tan completas y bien acabadas, tan idílicas y perfectas… que lo más probable es
que nunca lleguen a producirse. Señala
un viejo proverbio, creo que con acierto, que quien se queda varado sobre una
pierna meditando sobre cuál es la mejor manera de seguir caminando, jamás
acabará por dar ni un solo paso.
Sería
estupendo, desde luego, poder ir construyendo nuestra vida con ensayos previos
que nos permitieran probar si lo que pretendemos hacer resultará bien o si, por
el contrario, fracasaremos cuando lo pongamos en práctica. De esa forma
experimentaríamos lo que vamos a vivir previamente, a modo de borrador, como
dice la frase, para acabar haciendo solo aquello que realmente funcionase y
descartando lo que no.
La realidad es
que nunca tendremos de nuestro lado absolutamente todas las certezas, pero si
no nos aventuramos algún día, nunca acabaremos saliendo de donde estamos.
Cualquier
proyecto, cambio o aspiración que nos propongamos acometer en nuestra vida ha
de ser sopesado convenientemente, pero, incluso, para ello también debe de
existir un límite, porque a veces parece que nos comportamos como si tuviéramos
otra vida de repuesto en la maleta. Se trataría, por tanto, de no darle mil
vueltas a los asuntos y que tal vez con cien nos bastase.
Los
años no se estiran y si un día volvemos la vista atrás quizá nos arrepintamos
no de las cosas que hicimos, y en las que nos pudimos equivocar flagrantemente,
sino, más bien, de las que no hicimos... porque nunca encontramos el momento
apropiado para emprenderlas.
“La vida es una obra que no permite ensayos. Canta, ríe, baila,
llora, vive intensamente antes de que el telón baje.” (Charles Chaplin)
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