Tengo 52 años:
pierdo concentración y gano perspectiva y, con ella, tolerancia y ecuanimidad
para el goce de lo mínimo. Nací en Valencia, pero vivo entre Boston y
España. Soy católico como Bakunin: somos seres
contradictorios. Coopero con el Institut Guttmann y Nettroelectrics
MERA TELEQUINESIA
En el Institut Guttmann,
Harvard y Neuroelectrics ya logran que los parapléjicos lleguen a encender la
tele (y muevan la silla de ruedas) sólo con el pensamiento. Me maravillo, pero
el doctor Pascual Leone lo considera trivial. Igual que cuando mueven sólo con
la mente un avatar (representación de uno mismo) en una pantalla. Me parece
telequinesia milagrosa, pero el doctor lo juzga mero trámite tecnológico: se
registra la actividad de la corteza neuronaL y se diseñan algoritmos para
descodificar esa señal. "El
auténtico progreso -y ahora sí se pone serio- será lograr activar tus circuitos
para que pienses mejor y hagas mejor lo que haces ahora y lo que debes hacer
mañana”
La edad nos hace sabios?
De niños establecemos
conexiones muy densas entre los nudos más próximos de la red cerebral y, con
los años, vamos perdiendo esa densidad y, en cambio, unimos conectividad entre
los nódulos más alejados.
¿Y eso cómo nos afecta?
Vamos ganando perspectiva y perdiendo concentración. Captamos
mejor la totalidad del mundo v sus conexiones, pero perdemos capacidad para
profundizar en él.
¿Y la perspectiva nos hace tolerantes?
Nuestro cerebro ve mejor todo
el bosque y no sólo los árboles más próximos, y así toma distancia respecto a
la realidad. Esa distancia nos permite relativizar cosas y tolerar.
Te enfadas menos pero con más razón.
Ganas capacidad de modular las
emociones y pierdes intensidad al sentirlas: sufres menos, pero también gozas menos que
antes.
¿Podríamos considerarlo madurez?
La madurez sería aprovechar la mayor perspectiva neuronal para
descubrir la importancia -y el goce- de las cosas pequeñas.
¿Apreciar la inmensidad de lo mínimo?
Y con esa mayor amplitud mental
saber trascender
del yo al nosotros...
¡Eso
sí que es la madurez?
... Pero la auténtica sabiduría es el paso del
nosotros al ellos, es decir, al todos.
No sé si muchos llegarán tan lejos.
Pues es el auténtico goce de la
edad: superar el culto al ego e incluso al nosotros para disfrutar como propio
el éxito de ellos: es sentir como tuyo lo de todos y al revés.
Y que nada humano te sea ajeno.
Ver y sentir la conexión con
personas con las que antes no establecías relación.
¿A usar todo el cerebro se aprende?
Es falso que no usemos todo
nuestro potencial cerebral. En realidad, el cerebro está funcionando siempre a
tope. Por eso consume una cuarta parte de nuestra energía en procesar
información interna y externa.
¿Cómo funciona?
El cerebro fabrica el futuro: anticipa lo que va a suceder
lanzando hipótesis, una especie de expectativa, que después contrasta con lo
percibido e integra en la experiencia.
¿Cómo?
Más que en percibir, nuestro
cerebro gasta esa energía en no percibir; es decir, en discernir: selecciona sólo lo que le
interesa de todo cuanto percibe en cada momento.
¿Más que para ver algo, el esfuerzo mental
consiste en no verlo todo?
Y al envejecer vas perdiendo
capacidad de inhibición y, por lo tanto, de concentración.
¿Y si te entrenas mentalmente?
Bien. El ejercicio mental
protege del deterioro cognitivo. Recuerde que la evolución nos ha diseñado para
vivir sólo lo bastante para reproducimos. El resto es tiempo prestado y hay que
ganárselo con esfuerzo.
Pues cada vez nos presta más.
El ejercicio aprovecha la gran
plasticidad cerebral para alargar la programación genética. Algunos, en el
esfuerzo para suplir el deterioro cognitivo, segregan amiloides. Y a corto
plazo sirven para estimular el cerebro, pero luego devienen residuos tóxicos.
Se los considera causa del alzheimer.
No son ellos los que causan la
degradación neuronal, sino que la degradación ya se ha producido cuando son
segregados en el esfuerzo para intentar superarla.
¿Qué se puede hacer para evitarla?
Aprovechar la enorme
plasticidad cerebral: aprender idiomas, por ejemplo, tiene más efecto protector
que algunas medicaciones.
¿Y las técnicas mentales
tradicionales?
Meditar, yoga, ayuno... Logran
beneficios probados en circuitos cerebrales concretos.
El ayuno ha caído en desuso.
Pues tonifica neurocircuitos.
En general, la restricción calórica conviene al cerebro. Más que comer lo justo para no engordar, se
trata de comer lo justo para no adelgazar.
Yo creía que el placer rejuvenecía.
Aún más controlarlo: el gran
ejercicio cerebral es el autocontrol, la disciplina mental.
Es fácil perderla y difícil
adquirirla.
Por eso trabajamos en el
Institut Guttmann, Harvard y Starlab con técnicas no invasivas de estimulación
magnética transcraneal.
¿Con electrodos?
Simplemente electromagnetismo.
Sin descargas electroconvulsivas. Tratamos con eficacia reconocida la
depresión, por ejemplo. También daños neuronales por accidentes o ictus. Y el
dolor neuropático.
Dicen que logran que un impedido
encienda una tele por ondas cerebrales.
No es difícil. Poner en
práctica estrategias tecnológicas para que la actividad cerebral encienda un
electrodoméstico es trivial.
Pues a mí aún me parece increíble.
Ahora
experimentamos para que tu pensamiento mueva tu avatar en una pantalla. Pero
ese no es el verdadero reto. La meta es lograr que ese avatar sienta lo que tú
sientes. Y más aún: lograr que tú sientas lo que te conviene en un determinado
momento.
Me conformo con morir de viejo sin
tener que llegar a vivir como un idiota.
Es el mayor desafío para todos: mantener la salud cerebral hasta
la muerte. Y la buena noticia es que, en tan sólo cinco años, vamos a estar
mucho más adelantados para ' prevenir el deterioro cognitivo.
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