No hay nada mejor que ser
perseverantes a la hora de perseguir nuestros propósitos en la vida! A más
energía invertimos en ello, más nos ayudará el Universo a conseguirlo. No
obstante, también es verdad que dependerá del sentido que tenga nuestro propósito.
Si es algo
motivado por el amor (confianza, bien común, etc.) será más fácil que llegue a
cumplirse. Si en cambio se fundamenta en el miedo (odio, temor, etc.), menos
probabilidades. Pero, como alguien dijo, la suerte no es más que la
conjunción entre la preparación y el momento. La preparación significa haber
invertido energía para conseguir nuestro propósito. El momento -en este contexto- es que la
vida nos ofrezca la oportunidad…y, evidentemente, que seamos capaces de verla y
de aprovecharla!
Sobre el papel, es fácil de
entender. Empuja tu vida hacia tu propósito… y luego deja que la vida te traiga
la oportunidad de conseguirlo! Pero no siempre es fácil empujar y luego dejar que la
vida haga el resto, acostumbrados como estamos a luchar con ahínco hasta
conseguir algo. Seguramente nos cuesta confiar en los demás, tanto
como en la vida! Confiar es amar, al fin y al cabo! Y no siempre somos capaces
de amar y de ser amados, aunque nos lo creamos.
Las personas -como yo mismo-
que fuimos educados para emprender y hacer cosas, tenemos la mala costumbre de
pensar que sin nosotros el mundo no gira! ¿Es qué no saldrá el sol, si yo no
pongo mi despertador cada día? Y no, el mundo gira cada día, con o sin nosotros, así
como la vida fluye, nos guste o no. Resistirse a ello es inútil,
como lo es intentar hacer prevalecer nuestros planes y deseos, sobre la
realidad de la vida en constante cambio. La Vida puede tener otros planes para
nosotros y para nuestra vida… y quizás debamos creérnoslo y dejar que ella se manifieste.
Siendo honestos con nosostros mismos ¿cuántas veces hicimos planes y nunca se
cumplieron? ¿Cuántas veces la vida superó con creces nuestros deseos y sueños,
mientras nos lamentábamos de no haber obtenido lo que esperábamos exactamente
de ella? De
ahí tal vez la necesaria atención que debemos tener siempre a lo nuevo que
llega…
Alguna vez me gusta recrearme
en el pasado y reflexionar sobre mi vida. La más de las veces, no solo no se
cumplieron mis expectativas, sino que lo vivido no tuvo nada que ver con lo
deseado, tanto en el aspecto positivo, como en el negativo! Deberíamos perder
el mal hábito de juzgar las cosas en cuanto llegan y, simplemente, estar
dispuestos a vivirlas, sin ni tan siquiera buscarle su sentido o significado.
Simple y llanamente, confiando en que, si están aquí, es por algo. Luego, la
propia vida nos mostrará su profundo sentido y entonces seremos verdaderamente
capaces de entender el por qué de todo lo que ocurre en nuestra vida! Mirando
hacia atrás en nuestra propia historia, todo lo que ha sucedido en ella tiene su “¿para qué?“,
aunque a menudo nuestra mente nos cuestione su significado! Tal vez
lo único que deberíamos extraer como conclusión es que hay que aprender a
confiar en la propia vida!
Hace ya tiempo que no intento
buscar el sentido de las circunstancias cuando llegan, como muchos presuntos
iluminados hacen! Como tampoco juzgarlas, aunque eso a veces cuesta, pues es
humano tener mis propios planes! Simplemente, cada día más intento sentirlas en mi
interior -donde todo tiene ya su propio sentido- y vivirlas! Pero he
de reconocer que, día a día, por fin entiendo más y mejor las reglas de la
vida, cómo se comporta! Antes, durante demasiados años, siempre tuve una idea
concreta de mi vida, incluso en los pequeños detalles. Hoy, años después y
viendo los resultados en mi propia vida y en la de los demás, solo sé que no
sé nada, aunque eso es precisamente lo que ha dejado -por fin- de asustarme!
Las cosas son como son… y yo lo único que puedo en mi propia vida es enfocarme
a lo que quiero o no en ella… y aceptar sin miedo lo que venga!
Esto último, aunque parezca
mentira o una obviedad, es un gran logro! Pongo toda mi energía en lo que
quiero…y luego dejo que la vida diga la suya! Cuando empiezas a entender de qué
va la vida, miras de sacarle el máximo provecho, a disfrutar en ella cada nuevo
instante, como si siempre fuera el último o el primero! Y eso invita a ser agradecido con ella,
aunque la razón no siempre lo entienda! Aprendes a no perder un solo instante,
así como a respetar el momento de los que te rodean y su libertad de
aprovecharlo o no. Así, sin darte cuenta, dejas de lamentarte, de
dar lecciones sobre la vida a los demás y aprendes a vivir tu vida con
responsabilidad, sin perder un solo momento! Yo pongo la taza de té vacía y la vida la
llena, gota a gota!
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